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Alga espirulina: contraindicaciones

Contraindicaciones del alga espirulina y efectos secundarios

El alga espirulina puede tener contraindicaciones en determinadas circunstancias y personas, de igual manera que sucede con todos los alimentos.

 

La espirulina ha pasado a considerarse un súperalimento por la riqueza de sus nutrientes, lo que ha favorecido que se realizasen numerosos estudios sobre ella. Incluso en la NASA se han realizado estudios sobre su posible uso como alimento para los astronautas. Los antiguos aztecas mejicanos la consumían en su alimentación y también los antiguos habitantes de África central.

 

Pero además de suponer un alimento de gran valor nutritivo, también posee numerosas propiedades curativas o medicinales a las cuales se han dedicado varios estudios científicos, que también se han interesado por su posible toxicidad y efectos secundarios.

 

 

Espirulina y metales pesados

Si decidimos incluir la espirulina en nuestra dieta, debería ser de cultivo orgánico para tener más certeza sobre su calidad puesto que de otro modo puede contener metales pesados peligrosos para nuestra salud. Si las aguas en las que vive la espirulina posee metales pesados, ésta los absorberá.

 

Las algas tienden a absorber metales pesados y concentrarlos en proporciones mayores a las del medio ambiente. Los metales más frecuentemente encontrados en las algas son el cadmio, el plomo, el mercurio y el arsénico.

 

Si la espirulina está contaminada puede causar problemas digestivos, nauseas, vómitos, sed, debilidad, arritmias y dañar e intoxicar el hígado. Debido a este riesgo, hay quién desaconseja su consumo a las mujeres embarazadas.

 

En la espirulina hay aproximadamente un 4 % de ácidos nucleicos (ácido ribonucleico y ácido desoxirribonucleico). Un consumo excesivo de ácidos nucleicos puede aumentar la concentración de ácido úrico en la sangre y elevar el riesgo de gota y de cálculos renales.

 

 

Espirulina biotoxinas y contaminantes

Se han realizado análisis para detectar la presencia de biotoxinas en el alga espirulina y no se han encontrado micotoxinas, ficotoxinas, citrinina, aflatoxina, ocratoxina A, patulina, ácido penicílico, zearalenona, sterigmatocistina ni tricoteceno.

 

Los análisis de contaminantes ambientales en la espirulina no han detectado presencia de dialquil nitrosaminas, nitrosomorfolina, nitrosopirrolidina y nitrosopiperidina. Los plaguicidas como malatión, aldrín, dieldrín, paratión, DDE y DDT aparecen únicamente como trazas.

 

 

Toxicidad de la espirulina

Se han realizado estudios sobre el efecto en el feto con ratas, ratones y hámster y no se han detectado malformaciones, peso bajo o reabsorciones de embriones.

 

Para conocer los efectos de toxicidad aguda por sobredosis, se administró a a ratas dosis de hasta 800 mg/Kg de una suspensión de espirulina. Como resultado de la prueba no se produjo ninguna muerte ni sintomatología tóxica. El análisis de los órganos de los animales tampoco mostró alteraciones.

 

Para investigar los efectos acumulativos (toxicidad subcrónica) se administró espirulina a ratas durante 13 semanas. Se observó un menor consumo de alimentos y una disminución del peso, pero no hubo alteraciones en la orina, los tejidos ni en la sangre.

 

A ratones macho se les alimentó durante 25 días sin más proteínas que las procedentes de la espirulina y no manifestaron alteraciones hormonales (hormonas luteinizante, gonodotróficas, prolactina y folículo estimulante).

 

Para investigar la posible toxicidad crónica (toma prolongada en el tiempo) se suministró a ratas espirulina (25% de su dieta) durante 75 semanas. No se constató ninguna alteración en los tejidos de los órganos, en el peso, ni en el comportamiento. En otro estudio se suministró durante 6 meses espirulina a ratas de ambos sexos (34% y 62% de su dieta). Aunque no se detectaron daños, se observó alguna diferencia en la concentración de hemoglobina en sangre y alanino-aminopeptidasa en los machos y de bilirrubina en las hembras.

 

En un estudio con seres humanos no se observó cambio en la presión sanguínea, la química del suero sanguíneo o las células sanguíneas.

 

 

Interacciones de la espirulina

Cuando se padecen enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, el lupus eritematoso, la artritis reumatoide, el pénfigo vulgar u otras, algunos expertos recomiendan precaución con la espirulina, puesto que creen que puede aumentar la actividad del sistema inmunitario.

 

Si se están tomando medicamentos inmunosupresores, el alga espirulina puede disminuir su eficacia.

 

Si se padece fenilcetonuria no se debe tomar espirulina puesto que contiene fenilalanina.

 

Si se está sometido a una dieta baja en yodo puede ser necesario prescindir de la espirulina.

 

Si se están tomando anticoagulantes hay que tener en cuenta que la espirulina puede influir en su efecto.

 

 

Aunque los estudios en seres humanos no son tan numerosos como en animales, el consumo habitual y prolongado del alga espirulina parece carecer de contraindicaciones destacables, resultando un complemento alimenticio seguro.

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